Daniel Soy hincha del Barcelona, pero te entiendo, Messi. Soy fanático culé, pero entiendo que hayas decidido irte. Me duele saber que te vas a marchar, pero entiendo que te hayas cansado. Me duele saber que ya no podemos hacer nada para que te quedes, pero entiendo que tu paciencia se haya agotado.
Soportaste la goleada en Turín, soportaste la eliminación en Roma, soportaste la vergüenza en Anfield y, cuando todos pensamos que también soportarías la humillación en Lisboa, has decidido partir. Y te entiendo Leo. Te entiendo porque las directivas del club no han hecho nada más que desprestigiar tu imagen. Te entiendo porque los hinchas te hemos culpado injustamente de los últimos fracasos deportivos. Nos malacostumbraste a ser siempre el héroe y cuando no pudiste salvarnos te tildamos de villano.
También nos hiciste pensar que tu amor por el Barcelona era tan grande, que aguantaría todo lo malo que te tocó vivir en los últimos años; pero entiendo que te hayas cansado de ser el único que lo daba todo en esta relación. Bien dicen, que para que un matrimonio funcione tiene que haber una entrega mutua, pero está claro que el equipo ya no te estaba dando lo que merecías. Tu nivel siempre fue superlativo y a cambio sólo recibías malas decisiones por parte de los directivos, calumnias por parte la prensa y señalamientos por parte de la hinchada.
Así que entiendo que hayas decidido partir. Es tu decisión y como aficionado del Barcelona la respeto. Es lo mínimo que como hinchas podemos hacer para agradecerte por todo lo que le diste a esta institución. Dividiste en dos nuestra historia y nos convertiste en el mejor equipo del mundo. Así como en la vida hay un antes y un después de Cristo, en el Barcelona hay un antes y un después de Messi.
Desde el primer día que llegaste, cuando apenas eras un niño, dejaste bien claro que tu sueño era jugar en este club. Y lo lograste. Pasaron los años y también confesaste que tu sueño era retirarte con esta camiseta, pero en tu camino se interpuso el peor presidente de la historia del club y acabó con esta ilusión. Lo de Bartomeu es tan vergonzoso que incluso ofreció su cabeza para que no te fueras. Él se niega a dejarte ir y quiere obligarte a seguir cómo sea, pero ya es demasiado tarde.
Pasa el tiempo y entre más días pasan más te entiendo ‘Pulga’. Te entiendo porque sin ser delantero marcaste 634 goles y sin ser volante diste 279 asistencias. Te entiendo porque en 737 partidos que jugaste lograste convertirte no solo en el mejor futbolista de todos los tiempos, sino también en el mayor emblema del Barça. Eres el que más trofeos ganó, el que más tantos marcó, el que más pase goles dio, el que más regates realizó y, como si fuera poco, el que más fracasos aguantó.
Hoy, después de 34 títulos, 6 Balones de Oro y 6 Botas de Oro, entre otros tantos premios individuales y colectivos que conseguiste, has decidido marcharte. Y te entiendo Messi.
¿Cómo no te voy a entender si aunque pareces de otro planeta, en el fondo eres humano; un gran ser humano? ¿Cómo no te voy a entender si ningún jugador merece el trato que te estábamos dando? ¿Cómo no te voy a entender si eres un animal competitivo, un ganador innato, y este equipo ya no compite por nada? ¿Decime cómo no te voy a entender Leo, si tú lo único que quieres es ser feliz jugando a la pelota y es evidente que en este sitio hace rato no te dejan ser feliz?
No te voy a negar que me duele que te vayas; que no me imagino un Barcelona sin ti; que llevó varias noches sin poder dormir porque aún no has dicho nada; y que guardo la esperanza de que esto sea mentira y poder despertar rápido de esta pesadilla. Pero si tu decisión sigue siendo marcharte en este momento en el que más te necesitamos, te entiendo Messi. Te entiendo porque si yo estuviera en tu lugar habría hecho exactamente lo mismo.