Increíble autogol de un Arquero en un saque con la Mano

Brice Maubleu, arquero del Grenoble Foot de Francia, se marcó un autogol con la mano en la derrota de su equipo ante el Stade Caen.

Los porteros fueron protagonistas este fin de semana en el fútbol mundial. Algunos, como Ter Stegen y Courtois, se hicieron notar con sus atajadas en el Superclásico de España; y otros, como De Gea, fueron noticia por sus fallos bajos los tres palos.

Pero el guardameta que más dio de qué hablar en la jornada fue Brice Maubleu. El arquero del Grenoble Foot, equipo de la segunda división de Francia, sentenció la derrota de su equipo (2-0) ante el Stade Caen con un autogol con la mano. Una increíble anotación en propia puerta que le ha dado la vuelta al mundo.

Se jugaba el minuto 18 del encuentro, los locales acaban de ponerse en ventaja, cuando llegó la ridícula acción. Brice se disponía a jugar largo con el brazo tras atrapar el balón con las manos. Sin embargo, la pelota se adhirió a la palma de su guante y se despegó demasiado tarde, cuando la trayectoria del esférico iba hacia su portería.




Maubleu alcanzó a reaccionar y se fue en búsqueda del esférico, pero no pudo controlarlo. Traspasó la línea de gol. Su manotazo llegó tarde, y aunque sus compañeros trataron de salir jugando como si nada hubiese pasado, el árbitro les arruinó la fiesta señalando el círculo central del campo. Era gol. Nadie podía creer lo que había sucedido en el Estadio Michel d’Ornano.

¿Un arquero puede hacer un autogol con la mano?

Sí. En el fútbol, un autogol, gol en contra, gol en propia meta o gol en propia puerta es un gol en el que un jugador introduce la pelota en la portería de su propio equipo, ya sea voluntaria o accidentalmente. Este gol se acredita al equipo contrario como un tanto a su favor.

Si el portero es el último en tocar el balón, generalmente se interpreta como un intento de parada y no como autogol, a menos que este haya sido un caso especial producto de un error o por voluntad del portero. Un ejemplo es lo que ocurre cuando el balón rebota en uno de los postes y da en el cuerpo del guardameta, para finalmente entrar. Esta jugada normalmente se considera como autogol. No importa si el último contacto con el balón se produjo con las manos o con otra parte del cuerpo.

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