Continúa el calvario de Santi Cazorla tras ser operado por novena vez

El volante español, que lleva varios meses lesionado, tuvo pasar nuevamente por el quirófano y retrasar su regreso a las canchas.

En el fútbol como en la vida, la suerte te puede cambiar de la noche a la mañana y de la forma más cruel posible. Un claro ejemplo de ello es la situación que está viviendo Santiago Cazorla González, centrocampista del Arsenal, quien por culpa de las lesiones ha estado varios meses al margen de la actividad deportiva.

Su calvario comenzó en Ginebra, Suiza, el 10 de septiembre de 2013. España se enfrentaba a Chile en partido amistoso, y Cazorla se retiró lesionado por un golpe en su tobillo, que le provocó una fisura en el hueso. Desde entonces, Santi aprendió a vivir y jugar con dolor en su pie derecho. «Las primeras partes las aguantaba un poco mejor, si entraba en calor podía jugar, pero en el descanso, en cuanto me enfriaba un poco, se me saltaban las lágrimas», confesó él mismo en una reciente entrevista.

A partir de ese momento su vida no volvió a ser la misma. Ha tenido que ser operado hasta en nueve ocasiones y en las últimas horas anunció que vuelve a pasar por el quirófano, esta vez, por unas molestia que llevaba arrastrando en el tendón. Su regreso a los terrenos de juego se retrasa. Su última intervención fueron infiltraciones por edema óseo en el tobillo y desde entonces trabajaba para volver a los entrenamientos, algo que estaba previsto para el mes de diciembre, pero de momento su regreso tendrá que esperar.

Calvario de Santi Cazorla

Los médicos en Inglaterra nunca fueron muy alentadores con él: «Si consigues volver a caminar con tu hijo por el jardín, date por satisfecho». Un año después de una operación en la rodilla, fue intervenido por lesión en el tendón de la zona plantar del dichoso pie derecho. Lo que se presuponía como tres semanas de reposo, acabó siendo el principio del casi final de Cazorla. Al mes le quitaron los puntos, pero la herida se abría una y otra vez y ha pasado por quirófano en ocho ocasiones en un año. Un trabajo médico casi a ciegas sin ver la luz durante demasiado tiempo. Una lesión sin esperanzas, sin antecedentes en el mundo del fútbol.

Lo único bueno en medio de todo este sufrimiento para él y su familia es que el Arsenal le renovó en noviembre del año pasado hasta junio de 2018, y quiere demostrar en esos meses que no es ningún ex-futbolista: «No tengo ficha hasta enero, pero voy a volver para entonces». Habrá que esperar un poco más del tiempo pensado, pero no importa. Aquí estaremos anhelando el regreso de este futbolista que es pequeño en estatura (1,65 metros), pero gigante en fuerza, calidad y positivismo.

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