Continúa la Maldición de los Colombianos en las Finales de Champions League

James Rodríguez se convierte en el tercer futbolista cafetero que sale campeón y que no juega en el partido definitivo del torneo.

En contra de los pronósticos, empujados por sus hinchas y cumpliendo una nueva cita con la historia, el Real Madrid se proclamó campeón de la UEFA Champions League 2015-2016 tras derrotar en penales (5-3) al Atlético de Madrid, en un emotivo choque que terminó empatado (1-1) en 120 minutos y que se disputó en el mítico Estadio Giuseppe Meazza de Milán.

Al termino del encuentro, que contó con anotaciones de Sergio Ramos para los merengues y Ferreira Carrasco para los colchoneros, mucho se ha dicho con respecto a los datos, estadísticas y curiosidades que deja esta Undécima Copa de Europa del equipo merengue. Uno de los sucesos más destacados tiene que ver con James Rodríguez y con la poca participación que tuvo el cucuteño a lo largo del certamen, hasta el punto que no pudo disfrutar ni siquiera de un sólo minuto en esta final.

El ex-Envigado se convierte en el tercer jugador colombiano que logra la proeza de levantar La Orejona, pero con la especial circunstancia de que también es el tercer futbolista que no la conquista sobre el terreno de juego. En esta ocasión, el centrocampista blanco estuvo los 120 minutos sentado en el banquillo, porque Zinedine Zidane prefirió optar por otros cambios y utilizó los tres permitidos con las entradas de Danilo por Dani Carvajal, Isco por Toni Kroos y Lucas Vázquez por Karim Benzema.

James es ahora el segundo colombiano en lograr una Champions League con el Real Madrid, ya que en la temporada 2000-2001 Edwin Congo formaba parte de la plantilla de los de Chamartín aunque no disputara ni un minuto en toda la competición. El tercer jugador en discordia es el defensa Iván Ramíro Córdoba, que logró el título con el Inter de Milán de José Mourinho en la campaña 2009-2010, aunque tampoco fue tenido en cuenta durante el partido definitorio, en el que los neroazzuri derrotaron al Bayern Múnich por 2-0. ¿Coincidencia o Maldición?

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