Mourinho regaló una conferencia sobre Liderazgo

El luso compareció ante los medios en Estambul, donde se encuentra por cuestiones de trabajo.

Primero reveló que trabaja mejor bajo presión. «Hay muchas maneras de ser líder. Yo siento que tengo que escuchar todo el rato, necesito gente que me cuestione, pero las decisiones son mías y trabajo mejor bajo presión. En los momentos duros es cuando estoy en mejor forma».

Sobre lo que le ha dejado su exitosa carera. «El fútbol me da mucho, pero también me ha quitado mucho. Tener éxito en el fútbol era mi sueño desde que era un crío y me ha dado una situación económica en la que no tendré problemas para el resto de mi vida pero me ha quitado mi vida, mi privacidad, mi manera de hacer cosas sencillas», aseguró el estratega blanco.

«Pasear por la calle, estar en un restaurante, ir a cualquier playa con mi familia. Sólo la privacidad de mi casa la mantengo para mi, mi mujer, mis hijos y la gente que quiero», añadió Mou.

En cuanto al estilo de sus equipos. «Lo más importante es entender el país en el que trabajas, la cultura nacional del fútbol. Lo que hay que hacer para ganar en Italia no es lo mismo que lo que hay que hacer en Inglaterra. Tengo un estilo preferido, pero eso no quiere decir que mi equipo haga este estilo».

Subrayó la importancia de atender a los jugadores como individuos. «No voy a dar nombres, pero hay dos jugadores y si le digo a uno que es un desastre y me ha decepcionado, lo mato. Se lo digo al otro, y en el próximo partido, lo hace mejor que nadie. A éste le digo que es brillante, y jugará fatal en el siguiente encuentro… Para saber qué decirles hay que conocerlos muy bien», explicó Mou.

Finalmente, criticó el sistema ‘knockout’ vigente en las Ligas europeas, «donde todo se decide en 90 minutos, o en 120, se comete un error, o el árbitro lo comete, y todo ha terminado», mientras que en las ligas nacionales «se juega durante 10 meses, 40 partidos, y al final gana el mejor». «Pero soy un buen perdedor», apostilló. «Estuvimos tristes cuando perdimos la Champions, pero no pasó nada, me fui al vestuario del Bayern para ver la felicidad de ellos, y la compartí. Distinto es cuando perdemos por algo injusto. Eso no lo aguanto».

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