Pirlo revela su admiración por los tiros libres de Juninho

El ex-centrocampista italiano confesó en el libro de su autobiografía que aprendió a ejecutar las pelotas quietas viendo lanzar al ex-volante brasileño.

Andrea Pirlo, uno de los mejores cobradores de tiros libres que tuvo la historia del fútbol, reveló en su libro autobiográfico ‘Pienso, luego juego’ que aprendió a pegarle a la pelota viendo a Juninho Pernambucano. Te dejo con las confesiones de Pirlo.

Tiros Libres

«Soy italiano, pero también tengo una parte brasileña. ‘Pirlinho’, si así lo deseas. Cuando lanzo las faltas, pienso en portugués y, en la mayoría de ocasiones, celebro en mi lengua materna. Cada uno de esos disparos lleva mi nombre y todos son mis hijos.

Se parecen todos entre ellos sin ser gemelos, incluso pueden presumir de tener las mismas raíces sudamericanas. Para ser más preciso, ellos comparten una misma fuente de inspiración: Antonio Augusto Ribeiro Reis Junior, jugador que ha pasado a la historia como ‘Juninho Pernambucano'».

Juninho Pernambucano

«Durante su etapa en el Olympique de Lyon aquel jugador hizo cosas extraordinarias con la pelota. La dejaba sobre el césped, giraba su cuerpo, apuntaba y marcaba. Nunca fallaba. Nunca. Lo estudié concienzudamente, coleccioné sus DVDs, incluso viejas fotografías de partidos que él había jugado. Así entendí que el suyo no fue un descubrimiento inmediato, sino que le costó paciencia y perseverancia».

Andrea Pirlo y Juninho Pernambucano

El Secreto

«La búsqueda del secreto de Juninho se había convertido en una obsesión para mí, hasta el punto de que ocupaba todo mi pensamiento. La fórmula mágica era cómo golpear la pelota, no dónde. Juninho solo la pegaba con tres dedos, no con todo el pie, como puede pensarse. Puse cinco balones en fila y la historia se repitió una y otra vez. Para entonces ya era oficial: tenía el truco.

Ya no había secreto para mí. Esencialmente, la pelota debe ser golpeada en su parte baja, utilizando tus tres primeros dedos. Mantienes tu pie recto y después lo relajas para un buen disparo. De esa manera, el balón no rueda en el aire, sino que se baja rápidamente hacia la portería. Es entonces cuando empieza a rodar».

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