La emotiva carta de despedida de Francesco Totti para la AS Roma

El ex-futbolista italiano utilizó estas conmovedoras palabras para agradecer a los directivos, cuerpo técnico e hinchas del equipo.

La jornada 38 de la Serie A de Italia no fue una más en el calendario de los hinchas. Además de representar el final de la campaña 2016-2017, la fecha del pasado fin de semana trajo consigo el último episodio de una de las novelas de amor más hermosas que se han vivido en la historia del fútbol.

Con la terminación del campeonato italiano se dio también por finalizado el idilio de 25 años entre Francesco Totti y la Associazione Sportiva Roma. Tras varias semanas de rumores, finalmente el experimentado centrocampista italiano jugó ante el Genoa su último partido con la elástica vinotinto. El futbolista ha decidido, a sus 40 años, dar por terminada su admirable carrera deportiva y para el recuerdo dejó una emotiva carta en la que agradece a los directivos, cuerpo técnico e hinchas de la Roma.

«Gracias Roma. Gracias a mi madre, mi padre, mi hermano, mi familia y mis amigos. Gracias a mi esposa y mis tres hijos.

Quise empezar a leer desde el final, de las despedidas porque no sabía si estaría en condiciones para leer todas estas líneas. Es imposible hacer caber 28 años en pocas oraciones. Pensé en hacerlo con un poema o una canción, pero no fui capaz de escribir uno.

Durante todos estos años intenté expresarme por medio de mis pies, los cuales lograban siempre hacer las cosas más fáciles para mí, incluso desde que era un niño. Hablando de los años de mi infancia, ahora pueden adivinar cuál fue mi juego favorito y por supuesto sigue siendo hasta ahora. Pero de un punto para allá empiezas a crecer. Me lo habían dicho y ahora llegó este momento para mí también. El momento de tomar la decisión.

Maldita sea.

Recuerdo atrás, el 17 de junio del 2001, cuando todos queríamos que la vida pasara rápido. No podíamos esperar que el árbitro pitara el final. Y hasta hoy en día mi corazón late de la misma forma cuando recuerdo esos días.

Pero el tiempo ya me golpea en el hombro y me dice: ‘tenemos que crecer. A partir de mañana seremos adultos. Es momento de quitarse las pantalonetas y los guayos, a partir de mañana serás un hombre. No podrás oler el césped, ni sentir el sol en tu cara mientras atacas la portería rival, tampoco volverás a sentir la adrenalina en tu cuerpo mientras celebras’.

En los últimos meses, siempre me hacía la misma pregunta: ¿por qué debo despertarme del sueño?

Imagínate que fueras un niño pequeño y ves un lindo sueño, pero tu mamá te despierta para ir al colegio. Tú quieres seguir soñando, quieres volver a tu sueño, pero no podrás hacerlo nunca más. Y esta vez no se trata de un sueño, pero de la dura realidad. Y yo simplemente no me pude escapar de ella.

Quiero dedicar esta carta a todos ustedes, a todos los niños que me han apoyado. En los niños del ayer, que han crecido y serán padres, en aquellos que gritaban ‘Tottigol’. Quiero pensar que mi carrera fue un cuento de hadas, que pasará a ustedes.

Todo realmente se acabó. Me quito esta camiseta por última vez.

La voy a guardar, y aunque no estoy listo para decir algunas cosas y evidentemente no lo estaré nunca, les pido disculpas por no dar entrevistas y no les aclaraba mis pensamientos, pero no es fácil apagar la luz. Tengo miedo. No es el mismo miedo que tienes frente a la portería cuando vas a patear un penalti. Esta vez no puedo ver lo que se esconde en el futuro dentro de los huecos de las mallas.

Permítanme tener miedo.

En esta ocasión soy yo quien los necesita a ustedes y del cariño que siempre me expresaron. Con su apoyo, lograré pasar la página y lanzar mi persona en una nueva experiencia. Ahora es momento de agradecer todos mis compañeros, técnicos, gerentes, presidentes y cada quien trabajó conmigo durante todo este tiempo. A los ‘tifozi’ y la ‘Curva sud’, una luz que conduce todos los romanos y los ‘Giallorossi’.

Tuve el privilegio haber nacido romano y de Roma. Tuve el honor de ser el capitán de este equipo. Son y serán para siempre mi vida. No los seguiré entreteniendo con mis pies, pero mi corazón estará siempre con ustedes. Ahora, bajaré las escaleras e ingresaré a los camerinos, en los mismos que me dieron la bienvenida cuando era niño y ahora me voy siendo hombre.

Estoy orgulloso y feliz por el amor que me dieron durante 28 años».

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