Daniel Con goles de Mané y Origi, el Liverpool se impuso con autoridad (4-0) ante el Barcelona, en partido valido por la International Champions Cup.
Convencido de sus posibilidades y mostrando una clara devoción ofensiva desde el pitazo inicial, el equipo inglés logró ponerse en ventaja a través de Sadio Mané (minuto 15), que le dio la estocada final a una gran jugada colectiva. Robo de Lallana en el centro del campo, contragolpe de los británicos, caño de Milner dentro del área y Mané remató con mucha potencia para vencer la resistencia de Ter Stegen. Con esa diferencia mínima se bajó el telón del primer episodio en el mítico Estadio de Wembley.
Se esperaba una reacción inmediata de los españoles tras el descanso, pero lo que nadie imaginaba que en el arranque del segundo tiempo aparecería Javier Mascherano (minuto 47), con autogol que amplió las distancias. La perdió Mathieu ante Mané tratando de salir en corto, montaron una pared los británicos y tiraron un centro raso al área para Henderson, que provocó el autogol de Mascherano en su intento por despejar el esférico.
Pero, eso no fue todo. En la siguiente acción del encuentro se hizo presente el habilidoso Divock Origi (minuto 48), para convertir todo en goleada. Busquets perdió la pelota en el centro del campo ante la presión de Mané. Asistencia del futbolista africano entre líneas para un Origi que ganó en velocidad, aprovechó una defensa mal parada y definió por entre las piernas de Claudio Bravo.
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Finalmente, apareció Marko Grujić (minuto 90+2) con un cabezazo que desató la locura entre los presentes en las gradas. Después llegaron las numerosas modificaciones que siempre realizan los entrenadores en este tipo de partidos amistosos para dar rodaje a todos sus jugadores, abandonaron el terreno de juego algunas figuras como Lionel Messi o Luis Suárez y esa situación terminó sentenciando esta inesperada derrota del todo poderoso Barcelona ante un Liverpool que, de la mano de Jürgen Klopp, promete ser protagonista la próxima temporada en la Premier League.