Nadie ha logrado entender que fue lo que quiso hacer el autor de esta anotación que se dio en el fútbol peruano y que le ha dado la vuelta al mundo.
En el mundo del fútbol es muy común hablar de jugadores que terminaron siendo héroes o villanos de un partido por culpa de una aislada, pero determinante acción.
Por ejemplo: si un futbolista marca un golazo o anota un gol de tres puntos, sin importar cual haya sido su rendimiento a lo largo del juego, termina siendo la figura del encuentro.
En cambio, si otro jugador que mantuvo un excelente desempeño durante todos los minutos de juego termina convirtiendo en propia puerta (marcando un autogol), de seguro será juzgado como el culpable de una eventual derrota que acarreará su equipo.
El fenómeno social es fácil de explicar y es que “somos buenos para criticar y destruir, más no para corregir y edificar”, como dijo en algún lugar del mundo un gran filosofo.
Y si a la mala suerte de marcar en propia puerta le sumamos una jugada llena de humor, el resultado no podría ser otro: ¡el autogol más inexplicable de la historia! Es precisamente eso lo que les vengo a compartir en esta ocasión.
El protagonista, famoso por estos días, es Renzo Reaños, quien convirtió un gol en contra imposible de explicar. Con la pelota en su poder, sin oposición rival y de frente a su propio arco al borde del área chica, remató para colocar la pelota en el ángulo del atónito arquero.
Tal vez pensó que el árbitro había cobrado algo, aunque aún así es difícil de entender. Lo peor es que con ese gol, Universitario derrotó a Unión Comercio y alcanzó la cima del Torneo Descentralizado de Perú, donde se ha hablado bastante de este autogol que le ha dado la vuelta al mundo.
