El experimentado y habilidoso volante brasileño comunicó que a sus 41 años no dejará de lado la actividad deportiva para dedicarse a otras cosas.
Entre las muchas cosas que hacen del fútbol el deporte rey, sobresale la mezcla de emociones que un aficionado puede vivir a través del mismo. Es decir, así como en ocasiones se ve a los hinchas llorando de felicidad, también es muy común verlos tirados en llanto por una causa triste.
Ese mar de emociones y sentimientos encontrados también se vive por intermedio de los jugadores. Desbordante es la alegría de los fanáticos cuando su jugador favorito anota un gol; pero, la cosa cambia y esos sentimientos se dilatan cuando ese futbolista decide no continuar en el fútbol profesional y dejar atrás su carrera deportiva.
Estas últimas sensaciones son las que viven por estos días los seguidores de Vitor Borba Ferreira Gomes, más conocido como Rivaldo, luego de que el extraordinario y habilidoso volante brasileño anunciara su partida definitiva del deporte al que le entregó los mejores años de su vida.
A sus 41, casi 42, años ha decidido ponerle fin a una carrera que ya querrían para sí muchos jugadores. Ha apurado hasta el último momento, jugando en el Mogi Mirim, club del que también es el presidente, y ha podido cumplir uno de sus sueños, jugar la lado de su hijo. Pero ahora ha dicho basta.
Lo ha hecho a través de un comunicado en Instagram y con una foto en la que se le puede ver llorando. Dentro del mensaje, el ex-jugador del FC Barcelona explica cómo evolucionó su carrera en medio de obstáculos y dificultades.
Nacido en Paulista (Pernambuco) el 19 de abril de 1972, Rivaldo debutó como profesional el año 1991 en el Santa Cruz. Pasó por el Mogi Mirim, Corinthians, Palmeiras, Deportivo de La Coruña, FC Barcelona, Milan, Cruzeiro, Olympiacos, AEK Atenas, Bunyodkor, Sao Paulo, Kabuscorp, Sao Caetano y Mogi Mirim.
Han sido 712 partidos como profesional, con 344 goles y una media de 0.48 tantos por partido. En su palmarés destaca 8 títulos de Liga, dos de ellos con el Barça, una Supercopa de Europa con el Barça y un Mundial con Brasil (2002, Corea del Sur y Japón).
